Los recuerdos nos remontan a casi 30 años atrás, donde Alfonso Calderón Torrejón decide emprender el difícil camino de hacer empresa. Comerciante y trabajador de experiencia, sin muchos recursos, compra un par de máquinas a una empresa de confites que se estaba desarmando y comienza la historia de ésta fábrica de la Región de Valparaíso. En aquellos tiempos sólo se fabricaban sustancias, confites que se elaboraban en un 100% de forma artesanal.
Era un humilde negocio que fue creciendo años más tarde, pasando por momentos difíciles, como un incendio que calcinó por completo la fábrica. Sin embargo la empresa se volvió a poner de pie y construye la planta que actualmente nos acoge.
Alfonso Calderón abrió nuevos mercados y horizontes ampliando el negocio familiar con las recetas tradicionales. Empezó a comercializar estos productos tradicionales por la región de Valparaíso para luego insertar los productos en distintas regiones del país.
Actualmente continuamos elaborando aquellos productos con nuevas tecnologías pero conservando la esencia y tradición de nuestros primeros años. Innovando constantemente con nuevos productos según la demanda de la sociedad actual.
Nuestra visión de futuro es seguir creciendo y desarrollando nuestro mercado, así como nuestras instalaciones y productos.